La función
social de la enseñanza y la concepción sobre procesos de aprendizaje.
Instrumentos de análisis.
Función social de la
enseñanza: ¿Qué finalidad debe tener el sistema educativo?
*El papel de los
objetivos educativos.
Un modo de determinar los objetivos o finalidades de la
educación consiste en hacerlo en relación con las capacidades que se pretenden
desarrollar en los alumnos.
Educar, quiere decir formar ciudadanos y ciudadanas, los
cuales no están parcelados en compartimentos estancos, en capacidades aisladas.
La capacidad de una persona para relacionarse depende de las
experiencias que vie, y los centros educativos son uno de los lugares
preferentes, a estas edades, para establecer vínculos y relaciones que
condicionan y definen las propias concepciones personales sobre uno mismo y
sobre los demás. El segundo paso es en aceptar o no el papel que podemos tener
en este crecimiento y valorar si nuestra intervención es coherente con la idea
que tenemos de la función de la escuela y, por consiguiente, de nuestra función
social como enseñantes.
Hay que insistir en que todo cuanto hacemos en clase, por
pequeño que sea, incide en mayor o grado en la formación de nuestros alumnos.
La manera de organizar el aula, el tipo de incentivos, las expectativas que
depositamos, los materiales que utilizamos, etc.
*Los contenidos de aprendizaje. Instrumento de explicitación
de las intenciones educativas.
La determinación de las finalidades u objetivos de la
educación, ya sean explícitos o no, es el punto de partida de cualquier
análisis de la práctica. Los grandes propósitos establecidos en los objetivos
educativos son impredecibles y también útiles para realizar el análisis global
del proceso educativo a lo largo de todo un curso y, sin duda, durante todo un
ciclo o etapa.
El término de “Contenidos” normalmente se ha utilizado para
expresar aquello que debe aprenderse,
pero en referencia casi exclusivamente a los conocimientos de las materias.
El curriculom oculto, es decir, aquellos aprendizajes que se
realizan en la escuela pero que nunca han aparecido de forma explícita en las programaciones. De las
diversas formas de clasificar esta diversidad de contenidos, Coll propone una
que, como veremos, tiene una gran potencialidad explicativa de los fenómenos
educativos. Este autor agrupo los contenidos según sean conceptuales,
procedimentales o actitudinales. Esta clasificación corresponde respectivamente
a las preguntas “¿Qué hay que saber?”, “¿Qué hay que saber hacer?” y “¿Cómo hay
que ser?”, con el fin de alcanzar las capacidades propuestas en las finalidades
educativas.
Los diferentes tipos de contenidos nos sirve para describir
mejor las diferencias entre los diversos niveles de la enseñanza, también
compañeros es un medio que permite
entender la propia posición y la de nuestros compañeros y compañeras en
relación con la importancia que atribuimos a cada uno de los contenidos.
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